Aterrizar en un portaaviones es una de las tareas más difíciles para un piloto. La pista de aterrizaje solo tiene 150 metros de largo, lo justo para detener el avión. Acepta el desafío y acomete más de treinta misiones en los escenarios más peligrosos y espectaculares del mundo. ¡Forma parte de la élite de los pilotos!