¡Hazte amo y señor de un auténtico castillo medieval! Admite a nuevos súbditos, asígnales tareas, adiestra y protege a tus hombres y mujeres. Desafía a tus rivales y a las leyes de la física durante la construcción y mejora de tu fortaleza. Tienes unos guerreros regordetes a los que la armadura fulgurante sienta muy bien.