De acuerdo con Thomas Keightley, la palabra "hada" se deriva del latín fata, y es de la forma antigua de las hadas francés, describiendo "encantamiento". Otras formas son la fata italiano, y el provenzal "fada". En el romance viejo francés, "tasa" era una mujer experta en magia, y que sabía el poder y la virtud de las palabras, de las piedras y de las hierbas.