Pidamos a María que es nuestra Madre, las cosas que necesitamos para que ella interceda por nosotros. Pues si María intercede por nosotros, ¿Quién podrá condenarnos? Si nosotros quisiéramos algún favor de un Rey de esta Tierra y tuviéramos cerca a su madre a la que ama ¿No pediríamos a ella que intercediera por nosotros?