Cerezas brillantes, manzanas jugosas, dulces peras y magníficas ciruelas cuelgan maduras en los árboles. ¡Pero el descarado Cuervo Theo también lo sabe! Antes de que él se ocupe de las frutas, tienen que ser recolectadas. A Theo le gusta llevarse lo que le conviene, y al igual que todos los cuervos reales, lo hace sin preguntarle nada a nadie.