Hace siglos, los inventores Eulenstein ya intentaron hacer realidad este sueño. En el Voletarium, su legendario instituto, construyeron todo tipo de máquinas voladoras, antes de desaparecer, en 1825, sin dejar huella. ¿Qué sucedió? ¿Tiraron la toalla? ¿O realmente consiguieron construir la primera máquina voladora funcional, la Volatus II?